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martes, 5 de julio de 2011

LOS PROBLEMAS DE LA EDUCACION DESDE LA PERSPECTIVA DEL CAMBIO SOCIAL



El estudio de los problemas actuales de nuestro sistema educativo debe situarse, necesariamente, en el contexto de los profundos cambios sociales y educativos que se han vivido en las dos últimas décadas por tres razones bien precisas:
1- Es necesario eliminar el desconcierto. Si las circunstancias han cambiado, obligándonos a replantear el papel y los objetivos mismos de nuestro sistema de enseñanza, un análisis preciso de los principales indicadores de ese cambio nos permitirá clarificar la situación en la que nos encontramos y las dificultades a las que hemos de hacer frente, diseñando unas respuestas más adecuadas ante los nuevos interrogantes.
2- El estudio de la influencia del cambio social sobre la función docente puede servir como una llamada de atención a la sociedad, padres, medios de comunicación, y administraciones educativas, para que comprendan las nuevas dificultades a las que se enfrentan los profesores. Como luego veremos, un elemento importante en el estado actual de nuestro sistema de enseñanza es la falta de apoyo, las críticas y el dimisionismo de la sociedad respecto a la tarea educativa, intentando hacer del profesor el único responsable de los problemas de la enseñanza, que, en muchas ocasiones, son problemas sociales que requieren soluciones sociales.

3- Sólo a partir de una visión global de los nuevos problemas generados por la influencia estos cambios, es posible diseñar unas pautas de intervención capaces de mejorar la calidad de nuestro nuevo sistema educativo. Las nuevas respuestas deben plantearse simultáneamente en varios frentes:
a. Imagen social de nuestro sistema de enseñanza (relaciones sociedad-sistema educativo, apoyo de la sociedad, sociedad educativa).

b. Condiciones de trabajo de los agentes del sistema educativo (dotaciones de material, tratamiento específico de las zonas de educación compensatoria, relaciones profesor-alumno, reconsideración de las funciones de dirección y supervisión).

c. Formación de profesores para afrontar las nuevas expectativas sociales (formación inicial y formación continua).

Diversos indicadores nos hablan de un descenso en la calidad de la enseñanza, en buena medida producido por las actitudes de inhibición y desconcierto que se extienden entre nuestros profesores (actitudes de inhibición cercanas al 30%; aumento de las bajas hasta alcanzar cifras del 17%. Vid. Esteve, 1995). Y, tal como hemos visto en los países de nuestro entorno, el problema aún no ha hecho sino empezar: el continuo avance de las ciencias y la necesidad de incorporar nuevos contenidos de enseñanza, junto con la necesidad de adaptarse a los nuevos problemas de una sociedad marcada por la aceleración del cambio social, imponen una dinámica de renovación permanente, en la que los profesores tendrán que aceptar profundos cambios en la concepción y el desarrollo de su profesión. Es necesario romper el círculo vicioso de un sistema de enseñanza que, al responder con lentitud ante los cambios, recibe continuamente la crítica de la sociedad acusándole de no responder a las nuevas exigencias sociales; ya que cuando nuestro sistema de enseñanza se pone en marcha y elabora unas respuestas, la sociedad ha vuelto a cambiar, las expectativas y los problemas son distintos, y, de nuevo, la sociedad vuelve a criticar al sistema educativo por no responder a las exigencias sociales.

Si no se enfrentan los nuevos problemas generados por estos cambios, crecerá el malestar con nuestro sistema educativo, y aún descenderá la calidad de nuestra enseñanza, ya que la generalización de las críticas aumenta la desmoralización del personal que la atiende. Y una enseñanza de calidad va a ser cada día más imprescindible para que una sociedad moderna responda a las exigencias de formación y especialización que impone el progreso social.






200 Anos de la independencia de Venezuela


Hasta los Chinos y Google nos delicitan en nuestro día

200 Anos de la independencia de Venezuela

Beijing, 5 jul (PL) El Bicentenario de la Independencia de Venezuela se celebró hoy en China con la satisfacción de saber que los nexos bilaterales se encuentran en su mejor momento, según resaltó el ministro asistente de Relaciones Exteriores Zhang Kunsheng.

La efemérides es motivo de alegría no solo para el pueblo venezolano y el resto de América Latina, sino también para los más de mil 300 millones de habitantes de este país, dijo Zhang en declaraciones exclusivas a Prensa Latina.

Al ampliar en ese sentido, señalo que el presidente Hu Jintao envió un mensaje a su homólogo Hugo Chávez por esta fecha, sobre la cual la televisión nacional transmitió hoy un programa, añadió.

Zhang coincidió con embajadores y otras personalidades de varias naciones en la misión diplomática venezolana aquí por la referida celebración.

Respecto al estado de los vínculos entre Caracas y Beijing, recordó que desde 2001 se encuentran en una etapa superior con el establecimiento de una asociación estratégica para su desarrollo.

Precisó que Chávez visitó este país en seis ocasiones, en tanto el comercio bilateral sobrepasó los 10 mil millones de dólares el año pasado.

El programa por la celebración incluyó un homenaje al Libertador Simón Bolívar, expresado mediante la colocación de una ofrenda floral ante su busto en el Parque Chaoyang de esta capital.

A esa ceremonia asistió el grupo de embajadores de las naciones latinoamericanas, entre otras personalidades.

El tributo por la Armada Nacional Bolivariana estuvo a cargo de la Capitana de Navío Ana Rosensil, encargada de la Agregaduría de Defensa.

En la ocasión se efectuó una ceremonia de ascenso de los ahora Capitán de Navío Oswaldo Piñango y los Tenientes Coroneles Jorge Márquez y Virgilio Márquez.

También por la efemérides se distribuyó una revista especial en español, chino e inglés, con un resumen histórico de la génesis de la independencia de Venezuela.

La edición especial incluye un mensaje de la embajadora Rocío Maneiro por el referido acontecimiento.

El texto destaca que 200 años después de la firma del Acta de la Independencia, "renovamos la pertinencia de discutir el significado y los alcances de nuestro proceso a todos los niveles de la sociedad venezolana y de compartir estas experiencias con otros pueblos hermanos".

domingo, 26 de junio de 2011

Revolución Rusa

Revolución Rusa
Introducción
            El proceso revolucionario que se inicia en el Imperio zarista en 1905 y culmina en octubre de 1917 constituye uno de lo fenómenos más importantes del siglo XX. La transformación fue grandiosa. Un Imperio mastodóntico, gobernado por un autócrata, se transformó en república federal socialista; una sociedad de campesinos empobrecidos se elevó a la condición de gran potencia industrial.
Al representar la primera experiencia de revolución social se convirtió en el modelo de todos los revolucionarios de la centuria: China, Cuba, bastantes países europeos y africanos intentarían reproducir los pasos de los soviets rusos. Miles de libros y varias generaciones de historiadores, politólogos, economistas, sociólogos, ensayistas se han ocupado del gran acontecimiento.
¿Fue el cambio un accidente, un golpe de fortuna para unos revolucionarios profesionales que aprovecharon las circunstancias propicias de la Primera Guerra Mundial? ¿Se trató de un proceso meticulosamente preparado? ¿O simplemente debe ser considerado el resultado fatal de los errores del zarismo, un sistema político que permanecía de espaldas a los cambios del mundo?
El proceso derivó en una dictadura, en el momento en que Stalin, a la muerte de Lenin, se convirtió en el conductor supremo de la Revolución. ¿Se trató de una desviación del proceso? Así se había interpretado, y en abono de esta hipótesis se recogían advertencias de Lenin acerca de las tendencias autocráticas de Stalin. Pero no es un tema definitivamente resuelto. Documentación publicada recientemente, después de la apertura de los archivos soviéticos, muestra que un similar designio dictatorial albergaba Lenin, aunque la enfermedad no le permitiera materializarlo, y es así como comienza un largo trayecto en el desarrollo económico y social de Rusia, la cual se va a ver envuelta el varias situaciones que en algunas se vera favorecidas y en otras no.

La situación de Rusia antes de la revolución.
La economía.
La agricultura
A lo largo del siglo XIX el campo ruso va a vivir prácticamente al margen de las transformaciones agrícolas que se van a producir en otros Estados europeos. La aristocracia concentraba en sus manos la mayor parte de la tierra y los campesinos van a vivir hasta bien entrado el siglo en régimen de servidumbre feudal.
Las duras condiciones de vida de los campesinos van a provocar revueltas agrarias que van a forzar al zar Alejandro II, en 1861, a abolir la servidumbre, por la que se establecía la libertad personal de los campesinos que dejaban de estar ligados a la tierra.
La liberación del campesinado no pudo eliminar las grandes desigualdades sociales en el campo ruso, que por otra parte resulta totalmente inadecuado en sus estructuras para el desarrollo de un capitalismo moderno. Los campesinos, agobiados por impuestos y sumidos en un gran atraso técnico y cultural, ansiaban el reparto de la tierra de las grandes propiedades de los nobles, la Iglesia o los propios zares.
En resumen, el campo ruso en conjunto no era capaz de alimentar a una masa creciente de campesinos, por lo que se puede afirmar que había superpoblación rural (en la Rusia europea se pasó de 50 millones de habitantes en 1860 a 82 millones en 1879, sin aumentar la productividad agrícola ni las posibilidades de otro empleo alternativo).
Mientras la productividad agrícola había aumentado considerablemente en Europa occidental, en Rusia había disminuido de manera alarmante (en 1770 el rendimiento era 5:1; en 1860, en muchas zonas sólo era de 2,5:1. La miseria de la población rural queda agravada por la alta tasa de mortalidad de Rusia: 35 % en la década de 1890.
La industria.
El capitalismo se introdujo en Rusia de manera un tanto forzada , impulsado por las inversiones extranjeras y la acción del Estado. La industrialización se realizó de forma compulsiva, dando por resultado una concentración, tanto de capitales como de masa obrera, en unas cuantas ciudades del inmenso territorio.
En las condiciones de predominio del mundo rural atrasado las condiciones para el desarrollo de la industria ligera eran desfavorables, en tanto que se carecía de demanda efectiva y que no se generaban capitales propios para la inversión. Sólo se instalaron algunas industrias textiles creadas por los comerciantes moscovitas para satisfacer necesidades de la demanda urbana.
El principal estímulo para la industria pesada fue la construcción del ferrocarril. En un principio se importaba todo el material hasta que la producción de las nuevas industrias de los Urales pudo hacer frente a la demanda. Los capitales se obtuvieron en el extranjero, ya que ni el mercado nacional ruso de capitales ni el Estado estaban en disposición de proveerlos. A partir de la firma del tratado franco-ruso comenzó la llegada de capitales franceses, lo que permitió acelerar la industrialización.
Pero las zonas industriales eran relativamente pequeñas en la inmensidad de un imperio cuyas estructuras económicas de predominio agrario quedaban inalteradas. Además la industria rusa era muy sensible a las crisis de superproducción ( al no haber una demanda estable) como la que se inició en 1900, que se vio complicada por la guerra con Japón.

El sector financiero.
La Banca privada surgió también a finales del siglo XIX apoyada por capital extranjero (sobre el 40 % de participación del capital de los grandes bancos). Ya a principios del siglo XX, además de las inversiones francesas, comenzaron a acudir capitales ingleses, belgas e incluso alemanes (estos últimos muy concentrados en la industria eléctrica) hasta el punto que en 1914, aproximadamente un tercio del capital invertido en Rusia era extranjero.
En definitiva, en Rusia se habían hecho pocas concesiones a los principios liberales que se habían generalizado en mayor o menor medida en el conjunto de países europeos.
La sociedad.
El decreto de emancipación de los siervos en 1861 no satisfizo en absoluto las aspiraciones de los campesinos que cultivaban tierras pertenecientes a los nobles: debían pagar su propia liberación, impuesto personal, y , además, carecían de tierras suficientes para cultivar.
En la incipiente industria nació un nuevo proletariado, concentrado en algunas ciudades, su número era escaso y su influencia sobre el campesinado mínima.
La incipiente burguesía, también escasa en número, no estaba satisfecha con la estructura del Estado zarista, pese a las tímidas reformas liberalizadoras de la administración, debido a falta de participación y al gran coste e ineficacia de la burocracia y el ejército.



La organización del Estado.
En el imperio ruso la autocracia zarista mantenía con despotismo y arbitrariedad formas de vida y relaciones sociales de carácter semifeudal.
La administración del Estado sufría una corrupción creciente en todos sus niveles. El zar, cúspide del poder autocrático estaba retirado de los asuntos del gobierno. El desinterés y ala apatía conducían a la corrupción administrativa, hasta tal punto que quedaban sin efecto las normas legales.
En la guerra de Crimea (1855-1856), Rusia se había enfrentado a todas las potencias europeas excepto Prusia. La guerra tenía características nuevas tales como el empleo masivo de moderno material de guerra lo que puso al descubierto la debilidad en que se encontraba Rusia, nunca existió una base adecuada para una administración eficaz; la Hacienda pública no disponía de dinero ni siquiera para pagar puntualmente a los funcionarios.
Los orígenes ideológicos de la revolución.
La falta absoluta de libertades políticas conlleva la ausencia de organizaciones sindicales estables, como las existentes en Europa occidental.
Desde mediados del siglo XIX la oposición al régimen zarista se fundamentaba en revueltas campesinas de tendencia anarquista. Kropotkin y Tolstoi contribuyeron a fortalecer el anarquismo ruso como teóricos del anarquismo pacífico.
Los socialdemócratas (marxistas) iniciaron su movilización en la organización de las masas obreras.
Casi desde su nacimiento, el Partido social-demócrata ruso se dividió en dos tendencias: mencheviques y bolcheviques, al principio como dos fracciones del partido; más tarde como dos partidos totalmente diferenciados.
Los mencheviques (minoría, en ruso) eran partidario de la ortodoxia, la cual indicaba que para que se cumpliera la ley del materialismo histórico primero debía hacer su revolución los burgueses contra la aristocracia para que después el obrero proletario pudiera a su vez dialécticamente acabar con la burguesía.
Los bolcheviques, con Lenin a su cabeza, eran partidario de un nuevo enfoque de la teoría marxista por el cual el capitalismo se dirigía en su etapa avanzada hacia el imperialismo, fenómeno que no pudo observar Marx, lo que enfrentaba a los pueblos, no sólo a los proletarios, contra sus explotadores.
De esta manera se pretendía, desde la postura bolchevique, convertir la revolución democrática en revolución socialista, basándose en la alianza con el campesinado, y no limitándose a seguir en ella las iniciativas de la burguesía, sino encabezando ellos mismos la lucha por la democracia, desbordando el marco parlamentario y estableciendo una dictadura revolucionaria del proletariado.
Para ello se procedió a la organización del partido como un sociedad secreta, restringiendo la militancia a los que acataran el programa del partido y además participasen personalmente en las organizaciones. Lenin pensaba en militantes que estuviesen dispuestos a aceptar órdenes y a estar sujetos a una férrea disciplina pues al estar organizados en cédulas no podían ver los motivos de las decisiones de los dirigentes que utilizaban el sistema de la autocrítica para corregir sus equivocaciones. De esta manera el partido se preparaba para su lucha por el poder, que en las condiciones rusas pasaría necesariamente por la insurrección armada.

Los antecedentes de la revolución. La revolución de 1905.
Las derrotas sufridas por los ejércitos rusos y, sobre todo, la victoria japonesa sobre la armada rusa (1905), pusieron al descubierto la profunda debilidad del régimen.
El domingo 9 de enero de 1905, una manifestación convocada con carácter pacífico se dirige al palacio de invierno para presentar al Zar un manifiesto sobre la penosa situación de gran parte de la población. Sobre los manifestantes se abrió fuego causando alrededor de un millar de víctimas.
Antes estos hechos, se producen grandes movimientos de masas en toda Rusia a lo largo del año 1905. A comienzos del verano se subleva la marinería del acorazado Potemkin en Odesa.
Finalmente el zar Nicolás decide firmar el manifiesto de octubre, en el que se compromete a ampliar la ley electoral y a conceder a la Duma (Parlamento) poderes legislativos. Los resultados electorales de la primera Duma dieron la mayoría aplastante al partido Kadet, pero las atribuciones de la Duma, ya escasas, compartía el poder legislativo con el Consejo de Estado, cuyos miembros eran elegidos por el Zar, quien tenía derecho de veto, fueron recortadas paulatinamente, por lo que esta época ha sido llamada la del pseudo constitucionalismo.
En el partido social-demócrata, la nueva situación contribuyó a aumentar las diferencias ideológicas entre los mencheviques que propugnaban el apoyo a los kadets (liberales), motores naturales de la revolución burguesa, y los bolcheviques, que eran partidarios de desempeñar un papel independiente en la revolución.
En estas condiciones la entrada de Rusia en la Guerra Mundial, formando parte de la triple entente, aliada a Francia e Inglaterra, fue un factor de desorganización social, económica y política.
Todos los condicionantes se agravaron durante la primera guerra mundial, pues Rusia, incapaz de producir armamento moderno, verá como sus tropas son derrotadas por los alemanes.
Ahora bien, mucho más grave , si cabe, era la situación de la retaguardia donde , debido a la sub-producción y al desbarajuste de la red de transportes, el coste de la vida aumentaba de forma galopante. Los factores positivos de la economía rusa se vieron anulados, Rusia necesitaba la paz para prosperar, pero el Zar optó por la guerra.
La Caída del Zarismo
Para enero de 1917, a pesar de todos los acontecimientos de la guerra, pareciera que la sociedad rusa era inmutable y estoica, pero como lo diría uno de los historiadores que vivió aquella epopeya: “La dinastía cayó apena sacudirla, como fruto podrido, antes de que la revolución tuviera tiempo siquiera a afrontar sus miras más inmediatas.” (La Historia de la Revolución Rusa, León Trotsky) Ya para febrero el errático zar deja a su esposa la zarina a cargo del gobierno en Petrogrado y se encamina tranquilamente al cuartel general en Dubenski, sin percatarse del huracán que se venía contra la dinastía.

 “Ha empezado aquí una vida tranquila. Todo seguirá como antes. El zar no cambiará nada. Sólo causas exteriores y fortuitas pueden imponer algún cambio” Nicolas II.

Para el 18 de febrero de ese mes, la fabrica Putilov de Petrogrado anunció una huelga en protesta con la falta de víveres y comida que vivía la mayoría de los trabajadores. Esta huelga fue reprimida, se disparó a los huelguistas y algunas tiendas cerraron, lo que provocó insurrecciones en otros centros de producción.
Para el 23 de Febrero los acontecimientos eran imprevistos: “El 23 de febrero era el Día Internacional de la Mujer. Los elementos socialdemócratas se proponían festejarlo en la forma tradicional: con asambleas, discursos, manifiestos, entre otros.
 A nadie se le pasó por las mentes que el Día de la Mujer pudiera convertirse en el primer día de la revolución. Ninguna organización hizo un llamamiento a la huelga para ese día. Pero las fuerzas motrices de la revolución ya se estaban gestando, y ese mismo día, cerca de 90 mil obreros y obreras se fueron a huelga, al mismo tiempo que una manifestación de mujeres marchaba al palacio pidiendo a la estirpe reinante que les brindara comida.
El 24 de febrero la manifestación lejos de decrecer incrementa su fuerza, según algunos informes, cerca de la mitad de los obreros industriales de Petrogrado se van a huelga, poco a poco el movimiento se va haciendo mas amplio y aglutina a otros sectores de la población, las fuerzas de los trabajadores y de la monarquía solo tanteaban sus fuerzas, mas no comenzaba el ya esperado combate.
 El 25 de febrero la huelga reúne cerca de 240,000 obreros según datos del gobierno, asimismo inician las primeras escaramuzas que abrirían el telón a la epopeya que se avecinaba para día siguiente. Fue el 26 que las fuerzas estaban destinadas a enfrentarse, ya que el movimiento revolucionario tomaba confianza en su fuerza, y las fuerzas de la represión miraban el momento preciso para aplastar a la masa hambrienta que estaba a punto de insurreccionarse. Es mas, el mismo zar programaría la represión para el 26.
 La mañana del 26 inicia con detenciones de los dirigentes obreros y revolucionarios por todo Petrogrado, pero dicha acción no obtiene el resultado esperado, las masas se insurreccionan por toda la capital y se enfrentan con las fuerzas de la represión, poco a poco las cartas se están echando y no habrá vuelta atrás. Al atardecer de ese día la “amorosa” zariana escribiría al zar:
“Hay que decirles, sin ambages, a los obreros que se dejen de huelgas, y si siguen organizándolas, mandarles al frente como castigo. No hay para qué disparar; lo único que hace falta es orden y no dejarles que atraviesen los puentes.”
Pero un hecho de suma relevancia se está gestando y tendría vital importancia en esas jornadas, y es que los soldados artos de la guerra, la hambruna y la represión contra el pueblo comienzan a sublevarse. En el informe dado por el inspector de policía se indica de un modo categórico la causa de la sublevación "La indignación producida por el hecho de que un destacamento de alumnos del mismo regimiento, apostado en la Nevski, disparara contra la multitud." 
El derrocamiento del zarismo
El cuadro se va dibujando poco a poco, el 27 de febrero seria el día clave, los obreros continúan con el movimiento huelguístico enfrentándose a los opresores y sus fuerzas, pero algo sorprendente acontecería, poco a poco las fuerzas de reservas del ejercito se van sublevando contra la monarquía. ¿Cómo explicar esto?, básicamente se debe comprender que los que más sentían las miserias de la guerra eran los soldados, quienes morían por millares y que provenían de esa clase obrera y campesina que estaba siendo masacrada por el déspota zar.
 Con el alzamiento de los soldados, la suerte estaba echada. El 27 de febrero el zar recibe este telegrama:
Los disturbios que estallaron por la mañana en algunos regimientos son sofocados firme y enérgicamente por las compañías y los batallones, fieles a su deber... Estoy firmemente persuadido de que se restablecerá pronto la tranquilidad...” (……) Sin embargo, después de las siete de la tarde del mismo día, el propio ministro comunica que «las escasas tropas que siguen fieles a su deber no consiguen sofocar la sublevación». Y pide el urgente envío de fuerza realmente leales y en cantidad suficiente «para proceder simultáneamente en los distintos sectores de la capital

Para el 28 de febrero la propia zarina que dos días antes aconsejaba castigar a los revoltosos  mandándoles al frente de guerra, ahora aconseja que es necesario hacer concesiones.  Las huelgas continúan y muchas tropas se han pasado a la revolución.
Para el 2 de marzo el zar habría abdicado, si es correcto decirlo así, ya que fueron las masas insurrectas de Petrogrado las que botaron al zar y su dinastía de su posición privilegiada y explotadora. El zar fue destronado, pero tomo el poder la burguesía liberal y los mencheviques, febrero solo sería la antesala de otra obra que culminaría ocho meses después con la revolución de Octubre. La revolución liberal estaba en su cúspide, pero solo abriría el camino a una revolución que no solo cuestionaría el derecho a gobernar por la línea sanguínea, sino que trastocaría los cimientos mismos de la explotación del hombre por el hombre, pero todo inicio con el heroico alzamiento y revolución de febrero.
En la medianoche del 17 de julio de 1918  el zar  junto a los integrantes de la familia fueron llevados al sótano de la Casa Ipátiev donde fueron fusilados, junto a algunos sirvientes cercanos, un médico leal e incluso el perro del niño. El pretexto era que se les iba a tomar una fotografía antes de partir; o se les iba a trasladar. Nicolás II colocó al heredero en sus rodillas mientras tomaba asiento junto a la zarina, las hijas se sentaron atrás y los sirvientes y el médico a los costados, de pie.
Pasaron unos instantes y repentinamente entró Yákov Yurovski (fue el octavo de diez hijos de una familia de clase obrera, la familia Yurovski era de origen judío, su familia odiaba y despreciaba por tradición a la Rusia imperial. Tras retornar a Rusia durante la Revolución rusa de 1905, se unió a los bolcheviques. Arrestado varias veces durante años, se convirtió en un ferviente comunista.) con revolver en mano y 17 soldados armados con fusiles a la bayoneta.
Cuando Yákov Yurovski levanta el revolver y declara al zar que el pueblo ruso le ha condenado a muerte y le dispara casi a quemarropa. El zar cae instantáneamente muerto y seguidamente los fusileros realizan una descarga cerrada al resto de la familia. Las niñas, que llevaban corsés apretados y además en su interior estaban cargados con joyas, no mueren inmediatamente y son rematadas a la bayoneta. El zar murió con 50 años recién cumplidos.
En 1979, los historiadores Aleksandr Avdonin y Geli Riábov hallaron la posible tumba de la familia imperial en el bosque de Koptiakí. Temiendo informar del descubrimiento, no lo hicieron público hasta años después. El 12 de abril de 1989 los periódicos informaban del hallazgo. La tumba no fue abierta hasta 1991 por las autoridades soviéticas, hallando en su interior nueve cuerpos. Mediante el examen de los esqueletos, los científicos soviéticos concluyeron que faltaban los cuerpos de Alexis y la Gran Duquesa María. Las identificaciones de los esqueletos fueron confirmadas posteriormente mediante análisis de ADN.
Con su asesinato ningún juez o jurado le condenó a muerte, ni ordenó su ejecución, por el movimiento revolucionario de los bolcheviques, durante la Segunda Revolución Rusa se extinguió la dinastía Románov. Está enterrado desde 1997 en la Catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo junto con el resto de la familia imperial y de los demás zares rusos.
Los Bolcheviques
El significado de la palabra Bolcheviques es "miembro de la mayoría". Eran un grupo político radicalizado dentro del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, dirigido por Vladímir Ilich Uliánov, (Lenin), contrapuesto a los mencheviques, dirigidos por Julius Martov.
Polémica en 1903
La división se produjo en el Segundo Congreso del partido, celebrado en Bruselas y Londres en 1903. Las tesis propuestas por Lenin fueron:
1.      La lucha por la dictadura del proletariado como instrumento necesario de la revolución para avanzar hacia el socialismo.
2.      La alianza de la clase obrera con el campesinado para derribar la autocracia rusa, llevar a término los objetivos democráticos de la revolución y enfrentar las vacilaciones y traiciones de la burguesía.
3.      La liquidación de los latifundios terratenientes y la entrega de la tierra a los campesinos.
4.      El reconocimiento del derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas por Rusia.
5.      La condición de pertenecer a una organización del partido para ser considerado miembro de él.
6.      La necesidad de construir un partido cuya organización interna se basara en el "centralismo democrático", con militantes profesionales, que garantizasen la homogeneidad ideológica y la capacidad de organización, quienes debían portar como programa revolucionario que el proletariado conquistara el poder político (dictadura del proletariado), para llevar a cabo la revolución.
Debido a la diversidad de los temas debatidos, las votaciones fluctuaron en favor o en contra de las propuestas de Lenin. Fue aprobado un programa mínimo contra la autocracia y un programa máximo hacia el socialismo con los puntos de vista leninistas, excepto en lo que se refiere al tema de tierras, pues se exigía únicamente la devolución de las tierras arrebatadas por los terratenientes a los campesinos.
 En los temas organizativos fueron aprobadas las propuestas de Martov; sin embargo, en la fase final del congreso, cuando iban a elegirse la dirección del partido, la correlación de fuerzas se invirtió de nuevo debido al retiro de algunos delegados, a quienes el congreso negó propuestas de su interés. Los motes de bolchevique "la mayoría" y menchevique, "la minoría", proviene del resultado de la elección del Comité Central y del Comité de Redacción del periódico Iskra, que sin embargo poco después del congreso quedó en manos de los mencheviques.


Los Mencheviques
Los mencheviques  ("miembro de la minoría") eran la facción moderada del movimiento revolucionario ruso que emergió en 1903 tras la disputa entre Vladimir Lenin y Julius Martov, ambos miembros del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Los mencheviques, encabezados por Julius Martov, sostenían que no había que exigir pertenecer a una de las organizaciones de base del partido como condición para ser reconocido como miembro de él; pensaban que era preferible contar con una base partidaria amplia, a diferencia del modelo departido único de "vanguardia del proletariado" que proponía Lenin.
Consideraban que en Rusia debía cumplirse en primer lugar una revolución burguesa durante la cual al partido obrero le correspondería ser el ala izquierda. En una línea socialdemócrata, planteaban la instauración de una democracia representativa manteniendo la estructura de producción capitalista.
Si bien la posición organizativa de Martov sobre el partido contó con el apoyo mayoritario de los delegados presentes en el congreso, inmediatamente se halló en minoría a la hora de elegir el comité directivo, debido a que algunos delegados se retiraron del congreso porque éste no aceptó ciertas propuestas de su interés; el nombre  de mencheviques, "la minoría", proviene de ello.
Pese al descenso, los mencheviques se mantuvieron formalmente dentro del partido y fueron muy activos en la organización de los soviets durante la Revolución de 1905; sin embargo, tras el fracaso de ésta abandonaron la idea de la lucha armada, se centraron en tratar de formar un partido legal y abogaron por una liquidación progresiva del zarismo hacia una revolución burguesa, en la que el tercer estado compartiera el poder. Su separación del partido se hizo definitiva en 1912.


La Guerra
En 1914, Martov, al igual que los bolcheviques, se opuso frontalmente a la participación en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, en medio de la crisis de la Segunda Internacional, los mencheviques mantuvieron posiciones diferenciadas y hasta divergentes sobre la guerra: Alexander Potrésov, Pyotr Máslov Kusmá Gvósdev y Emanuel Smirnov llamaron a "defender la patria", incluso Georgi Plejánov se volvió defensista; el resto de los mencheviques se unieron en un principio al sector "internacionalista", aunque Nicolás Chjeízde, diputado en la Duma, publicaba Nashe Dielo ("Nuestra Causa") con una posición más conciliadora con el defensismo que la posición oficial del Comité de Organización menchevique, expresada por Spectator, Martínov y Pavel Axelrod, mientras que Martov, siendo integrante de dicho comité, llegó a colaborar con Trotski en Nashe Slovo ("Nuestra Palabra") con una posición de rechazo a todo defensismo.
Tras la Revolución de febrero de 1917, al llegar al gobierno el menchevismo en alianza con los social-revolucionarios y los liberales, mantuvo la participación del Ejército Ruso en el frente y asumieron la responsabilidad de continuar la guerra en alianza con FranciaGran Bretaña y Serbia.
Aunque Martov se opuso abiertamente a esta política y Axelrod aconsejó abrir las negociaciones de paz con Alemania y Austria, el menchevismo apoyó las políticas de Fiódor Dan y el ministro del gobierno provisional Irakli Tsereteli de seguir la guerra y aplazar la reforma agraria; con ello perdió la simpatía de las masas obreras, quienes se volcaron hacia el bolchevismo, y los campesinos, quienes habían apoyado a los socia-revolucionarios.

El partido menchevique fue proscrito tras la Rebelión de Kronstadt en 1921. Unos pocos de sus miembros emigraron, publicaron el periódico El Mensajero Socialista fundado por Martov y mantuvieron el Centro Menchevique en BerlínParís y Nueva York hasta comienzos de la década de 1970. Actualmente algunas formaciones políticas rusas se reivindican herederas del patrimonio político del menchevismo.

Distanciamiento con los mencheviques
Tras la derrota de la Revolución de 1905, los bolcheviques mantuvieron su estrategia radical por el establecimiento de una dictadura de obreros y campesinos; en lo que se refiere al programa agrario exigieron la nacionalización de la tierra y su entrega a los campesinos; en lo organizativo demandaron mantener las estructuras clandestinas del partido. Todo esto condujo a la escisión de los mencheviques(miembros de la minoría) en 1912. Los mencheviques pretenden que se desarrolle la fase burguesa, que más tarde daría lugar a la revolución. Los bolcheviques están desconcertados porque sus principales jefes están en el exilio.

Guerra y revolución
Al estallar la I Guerra Mundial los bolcheviques se alinearon con el sector "internacionalista" de la socialdemocracia europea, se opusieron a la "defensa de la patria" (sostenida por los llamados "defensistas") y llamaron a "rechazar la guerra imperialista y convertirla en guerra civil revolucionaria". Los mencheviques se dividieron entonces porque la mayoría de sus dirigentes se hicieron defensistas, mientras Martov encabezó un grupo internacionalista, que sin embargo siguió organizativamente separado de los bolcheviques y políticamente enfrentado por divergencias similares a las sostenidas desde 1903.
Tras el triunfo de la Revolución de febrero de 1917, los bolcheviques se opusieron al régimen de Alexander Kerensky y formaron un gobierno paralelo basado en los soviets obreros de las grandes ciudades, dándose el caso de dos gobiernos simultáneos, el liderado por Kerensky apoyado por las fuerzas políticas (mencheviquesliberales y social-revolucionarios) y el bolchevique apoyado por los soviets obreros.
Los bolcheviques fueron partícipes de un fallida revuelta en julio de 1917 y en octubre del mismo año llevaron a cabo una exitosa insurrección que los llevó al poder de manera oficial.
El 25 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones para definir a los miembros de una asamblea constituyente para dotar al régimen de una nueva institucionalidad. En estas elecciones, los bolcheviques obtuvieron el 24% de los votos y 170 de los 707 escaños. La asamblea, compuesta en su gran mayoría por opositores al gobierno bolchevique, no reconoció al gobierno como autoridad suprema y se negó a someterse a las decisiones de los soviets.
En la noche de ese día, Lenin invalidó los resultados de la elección y disolvió la asamblea, quedando de esta manera, todo el poder en manos de los bolcheviques. Ya en el gobierno, la facción bolchevique tomó el nombre de Partido Comunista de Rusia (bolchevique), luego Partido Comunista de la Unión Soviética (bolchevique). No fue hasta 1952 en que eliminaron la referencia "bolchevique" del nombre oficial del partido, que pasó a denominarse Partido Comunista de la Unión Soviética.

Principales personajes de la Revolución Rusa
Vladimir Ilich Ulianov
Líder comunista ruso que dirigió la Revolución de octubre y creó el régimen comunista soviético (Simbirsk, 1870 - Nijni-Novgorod, 1924). Procedía de una familia de clase media de la región del Volga. Su animadversión contra el régimen zarista se exacerbó a partir de la ejecución de su hermano en 1887, acusado de conspiración. Estudió en las universidades de Kazán y San Petersburgo, en donde se instaló como abogado en 1893.
Sus actividades contra la autocracia zarista le llevaron a entrar en contacto con el principal líder revolucionario ruso del momento, Plejáanov, en su exilio de Suiza (1895); fue él quien le convenció de la ideología marxista. Bajo su influencia, contribuyó a fundar en San Petersburgo la Liga de Combate por la Liberación de la Clase Obrera, embrión del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso presidido por Plejánov.
En 1897, Lenin fue detenido y deportado a Siberia, donde se dedicó al estudio sistemático de las obras de Marx y Engels y elaboró su primer trabajo sobre la aplicación del pensamiento marxista a un país atrasado como Rusia (El desarrollo del capitalismo en Rusia)Tras su liberación en 1900 partió al exilio y fundó en Ginebra el periódico Iskra («La Chispa»), en colaboración con Plejánov; por entonces publicó la obra Qué hacer (1902), en donde defendió la posibilidad de hacer triunfar en Rusia una revolución socialista con tal de que estuviera dirigida por una vanguardia de revolucionarios profesionales decididos y organizados como un ejército.
En el II Congreso del Partido Socialdemócrata Ruso (1903), impuso aquellas ideas al frente del grupo radical bolchevique, que defendía su modelo de partido fuertemente disciplinado como vanguardia de la revolución que creía viable a corto plazo; en 1912 quedaría confirmada definitivamente la ruptura con la minoría menchevique de Plejánov y Martov, apegada a un modelo de partido de masas que preparara las condiciones para el triunfo de la revolución obrera a más largo plazo, pasando antes por una etapa de democracia burguesa.
En 1905 Lenin volvió a San Petersburgo para participar en la Revolución que había estallado en Rusia como consecuencia de la derrota en la Guerra Ruso-Japonesa; aunque el régimen zarista superó la crisis, Lenin consideró aquel movimiento como un «ensayo general» de la revolución socialista, del que apreció especialmente la forma organizativa espontánea de los revolucionarios rusos, como eran los sóviets o consejos populares.
            El fracaso de aquella revolución le obligó a exiliarse de nuevo en 1907. Luchó por atraer a sus posturas radicales a otros líderes socialistas, al tiempo que completaba un programa revolucionario de aplicación inmediata para Rusia: mezclando la herencia de Marx con la tradición insurreccionalista de Blanqui, propuso anticipar la revolución en Rusia por ser este uno de los «eslabones débiles» de la cadena capitalista, en donde un pequeño grupo de revolucionarios decididos y bien organizados podía arrastrar a las masas obreras y campesinas a una revolución, de la que saldría un Estado socialista. En El Estado y la Revolución (1917) Lenin definía ese Estado como una fase transitoria y necesaria de dictadura del proletariado, que habría de preparar el camino para el futuro comunista.
El estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-18) le dio la oportunidad de poner en práctica sus ideas: definió la contienda como fruto de las contradicciones del capitalismo y del imperialismo (El imperialismo, fase superior del capitalismo, 1916) y, en nombre del internacionalismo proletario, llamó sin éxito al movimiento socialista mundial a transformar la contienda en una guerra civil generalizada; más tarde, el deterioro del régimen zarista por efecto de la guerra le permitió pensar en lanzar la revolución socialista en su país como primer paso para una era de revolución mundial.
Cuando la Revolución de febrero de 1917 derrocó al zar y llevó al gobierno a Kerenski, Lenin regresó apresuradamente a Rusia con la ayuda del ejército alemán (que veía en Lenin un agitador capaz de debilitar a su enemiga Rusia). Publicó sus Tesis de Abril ordenando a los bolcheviques cesar en el apoyo al gobierno provisional y preparar su propia revolución mediante la reclamación de «todo el poder para los sóviets». 
Un primer intento fracasado en julio le obligó a refugiarse en Finlandia, dejando que fuera Trotski quien dirigiera al partido para tomar el poder mediante un golpe de Estado en los primeros días de noviembre de 1917 (según el calendario occidental). El golpe se convirtió en la triunfante Revolución de octubre gracias a la estrategia bolchevique de centrar sus demandas en el fin de la guerra (lo que les atrajo el apoyo de los soldados y las clases populares) y el reparto de tierras (que les permitió contar con la simpatía del campesinado). Lenin regresó enseguida para presidir el nuevo gobierno o Consejo de Comisarios del Pueblo.
Como líder indiscutido del Partido (que en 1918 pasó a llamarse Partido Comunista), dirigió desde entonces la edificación del primer Estado socialista de la Historia. Cumplió sus promesas iniciales al apartar a Rusia de la guerra por la Paz de Brest-Litowsk (1918) y repartir a los campesinos tierras expropiadas a los grandes terratenientes. Pero, consciente del carácter minoritario de sus ideas radicales, demostrado por los resultados electorales, despreció la tradición democrática del socialismo occidental y adoptó una violenta dictadura de partido único, empleando métodos brutales de represión.
Disolvió la Asamblea constituyente (1918), proscribió a la oposición y creó una policía política para perseguir a los disidentes; a escala mundial, exigió a los demás partidos socialistas fidelidad absoluta a sus directrices, provocando la escisión del movimiento obrero con la aparición en todos los países de partidos comunistas sometidos al control de una Tercera Internacional comunista (Komintern) con sede en Moscú (1919).
Delegó en Trotski la organización del Ejército Rojo, con el que consiguió resistir al ataque combinado de los ejércitos blancos(contrarrevolucionarios) y la intervención extranjera en el curso de una larga Guerra Civil (1918-20). Una vez recuperado el control del antiguo imperio de los zares, articuló el territorio creando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1922), a la que dotó de organización formal por la Constitución de 1923.
Acuciado por las necesidades de la guerra, pero también siguiendo sus propias convicciones ideológicas, impuso una política de socialización inmediata de la economía, nacionalizando los principales medios de producción y sometiendo las actividades a una estricta planificación central (comunismo de guerra); las dificultades de una transformación tan radical (que nunca había sido prevista por Marx) provocaron el hundimiento de la producción y una desorganización general de la economía rusa.
 Lenin tuvo entonces el pragmatismo suficiente como para rectificar sus errores iniciales, convenciendo a su partido de la necesidad de introducir la Nueva Política Económica (1921), que consistió en volver atrás en el camino de la socialización, dejando un cierto margen para la libertad de mercado y la iniciativa privada (autorización de inversiones extranjeras, libertad de salarios…), con lo cual consiguió una apreciable recuperación económica.
Aquejado por una grave enfermedad, Lenin se fue retirando paulatinamente de la dirección política, mientras veía cómo sus colaboradores -especialmente Trotski y Stalin- iniciaban la disputa por la sucesión; antes de morir llegó a dejar constancia de su preocupación por la creciente burocratización del Partido y del Estado, así como por la ascensión de Stalin, del cual desconfiaba. Efectivamente, sería éste quien le sucediera, desvirtuando en parte la herencia política del fundador del Estado soviético.
La URSS sobrevivió a su creador bajo un régimen comunista hasta 1991; entretanto, el movimiento comunista (basado en la ideología marxista-leninista) se extendió por todo el mundo, inspirando revoluciones y regímenes políticos tan importantes como los implantados en Europa central y oriental, China, Cuba, Vietnam, entre otros.
La figura de Lenin fue objeto de un culto semirreligioso bajo el régimen soviético: su cuerpo fue embalsamado y expuesto en un mausoleo en la Plaza Roja de Moscú; su ciudad natal fue rebautizada en su honor como Ulianovsk y la capital en donde desarrolló su lucha política (San Petersburgo o Petrogrado) cambió su nombre por el de Leningrado
Lev Bronstein
Lev Davidovich Bronstein; Yanovka, Ucrania, 1877 - Coyoacán, México, 1940) Revolucionario ruso. Nació en una familia judía de labradores propietarios y estudió Derecho en la Universidad de Odessa. Participó desde joven en la oposición clandestina contra el régimen autocrático de los zares, organizando una Liga Obrera del Sur de Rusia (1897).
Que detenido varias veces y desterrado a Siberia; pero consiguió huir de allí en 1902 y se unió en Londres al que ya aparecía como jefe de la oposición socialdemócrata en el exilio. Aunque discrepaba de su concepción autoritaria del partido, colaboró con él e intentó en vano reconciliar a la facción que dirigía (los bolcheviques) con la facción rival de la socialdemocracia rusa (los mencheviques).
Regresó a Rusia para participar en la Revolución de 1905 (en la cual organizó el primer sóviet o consejo revolucionario). Al fracasar la revolución, fue deportado otra vez a Siberia y nuevamente se escapó (1906). Tras recorrer medio mundo entrando en contacto con los focos de conspiradores revolucionarios, se trasladó a Rusia en cuanto estalló la Revolución de febrero de 1917, que derrocó a Nicolás II.
Abandonando su trayectoria anterior de socialista independiente (en relación con los mencheviques), puso su talento de organizador y de agitador al servicio del Partido Bolchevique y fue elegido presidente del Sóviet de Petrogrado. Desempeñó un papel central en la conquista del poder por Lenin: fue el principal responsable de la toma del Palacio de Invierno por los bolcheviques, que instauró el régimen comunista en Rusia (Revolución de octubre de 1917).
Aunque Lenin ocupó la cúspide del poder, Trotski desempeñó un papel crucial en el gobierno soviético hasta la muerte de aquél. Como primer comisario de Asuntos Exteriores de la Rusia bolchevique (1917-18), negoció con los alemanes la Paz de Brest-Litovsk, que retiró al país de la Primera Guerra Mundial para responder a los deseos de paz de las masas y concentrarse en la consolidación de la Revolución. Luego fue comisario de Guerra (1918-25), cargo desde el cual organizó el Ejército Rojo en condiciones muy difíciles y derrotó en una larga guerra civil a los llamados ejércitos blancos(contrarrevolucionarios) y a sus aliados occidentales (1918-20). Su labor fue, por tanto, crucial para la supervivencia del primer Estado comunista del mundo.
Lenin le señaló como su sucesor antes de morir en 1924; pero la ambición de Stalin, que contaba con fuertes apoyos en el aparato del partido, le impidió acceder al poder. Trotski defendía la idea de la «revolución permanente» como vía de realización de los ideales marxista-leninistas (extendiendo gradualmente la Revolución a Alemania y a otros países); mientras que Stalin le opuso la concepción más conservadora de consolidar el «socialismo en un solo país». Las diferencias ideológicas, sin embargo, eran poco más que un pretexto para Stalin, que maniobró hábilmente en busca de aliados y después se deshizo de ellos (incluso físicamente); con estas maniobras consiguió apartar a Trotski de la dirección en 1925, expulsarle del partido en 1927, deportarle a Kazajistán en 1928 y desterrarle del país en 1929.
Trotski no cejó en su lucha revolucionaria, que canalizó desde el exilio escribiendo en defensa de sus ideas (obras como La revolución permanente,1930; o la Historia de la Revolución Rusa, 1932) y encabezando una corriente comunista disidente (agrupada en la Cuarta Internacional desde 1938). Stalin le hizo asesinar por un agente soviético.
Alejandro Kerensky
Kérenski nació en Simbirsk (hoy, Ulyanovsk) siendo el hijo de un director de escuela. También fue éste el lugar de nacimiento de Lenin, e incluso el padre de Kérenski, Fiódor, impartiría clase al joven Vladimir Ulyanov en la Universidad de Kazan. Kérenski se graduó en derecho por la Universidad de San Petersburgo en 1904. Demostró sus afinidades políticas con su continuada defensa de los revolucionarios antizaristas. Fue elegido para la cuarta Duma en 1912 como miembro de los Trudoviks (un partido laborista moderado). Brillante orador y experimentado líder parlamentario, llegaría a ser miembro del comité provisional de la Duma como social-revolucionario y líder de la oposición socialista al régimen de Nicolás II.
Cuando la Revolución de Febrero se desencadenó en 1917, Kérenski fue uno de sus líderes más destacados, siendo elegido vicedirector del Soviet de Petrogrado (un consejo de trabajadores). Cuando se formó el Gobierno Provisional, fue al comienzo ministro de Justicia, más tarde, ministro de la Guerra en mayo y, finalmente, primer ministro en julio de 1917.
En ese instante de la historia, tuvo la oportunidad de relacionarse estrechamente con el zarNicolás II, ya abdicado, y su familia que estaban prisioneros en Tsárskoye Seló y manifestó un grado de aprecio a la familia real, realizando en forma oculta los trámites de exilio por medio del canciller del Gobierno Provisional, Pablo Milyukov, con resultados negativos; viendo que la segunda Revolución estaba en curso y en vista que la familia real estaba en peligro de ajusticiamiento, los exilió a Tobolsk en Siberia como una forma de alejarlos del peligro. El Soviet Central a cargo de Yakov Sverdlov supo de estas maniobras y vetó a Kérenski el dar mayores facilidades al Zar.

Tras el golpe fallido del general Kornilov en agosto y la dimisión de los ministros, se proclamaría a sí mismo como comandante en jefe supremo.
El problema central de Kérenski en su cargo fue que Rusia estaba agotada tras tres años deguerra, con el pueblo deseando sólo la paz a cualquier precio. Lenin y su PartidoBolchevique prometían «paz, tierra y pan» bajo un sistema comunista; asimismo, el ejército se descomponía con las deserciones de soldados de origen obrero y campesino. Pero Kérenski y otros líderes políticos se sintieron obligados a cumplir los compromisos establecidos con sus aliados para continuar la guerra contra Alemania, temiendo acertadamente, además, que ésta demandaría enormes concesiones territoriales como precio para la paz. La negativa de Kérenski a retirar a Rusia, simbolizada con la Ofensiva Kérenski, significaría su perdición.

Durante el golpe de Kornilov, Kérenski había repartido armas entre los trabajadores de Petrogrado. Más adelante, en octubre, la mayoría de estos obreros se pasarían al bando bolchevique. Lenin tenía la determinación de derribar el gobierno Kérenski antes de que tuviese la oportunidad de legitimarse tras las elecciones previstas para la Asamblea Constituyente, y el 25 de octubre (7 de noviembre por el calendario gregoriano) los bolcheviques tomaron el poder en lo que sería conocido como la Segunda Revolución o Revolución de Octubre.
Kérenski escapó de los bolcheviques y fue a Pskov, donde reunió tropas leales en un intento de tomar la capital. Capturaron Tsárskoye Seló pero fueron derrotados sin derramamiento de sangre, al día siguiente en Pulkovo. Kérenski escapó por poco, y durante las siguientes semanas viviría oculto hasta huir del país, alcanzando finalmente Francia. Durante la Guerra Civil Rusa no apoyó a ninguno de los bandos: se oponía tanto al régimen bolchevique como a los generales reaccionarios del Movimiento Blanco que pretendían restaurar la monarquía.
Kérenski vivió en París hasta 1940, enzarzado en las eternas disputas y escisiones de los líderes democráticos rusos del exilio. Cuando los alemanes derrotaron a Francia, escapó a los Estados Unidos en 1940 donde viviría hasta su muerte. Cuando Hitler invadió la Unión Soviéticaen 1941, Kérenski ofreció su ayuda a Stalin, mas sin recibir respuesta alguna. En su lugar, efectuó transmisiones radiofónicas en ruso apoyando el esfuerzo bélico. Tras la guerra organizó un grupo llamado la Unión para la Liberación de Rusia, sin obtener mucha repercusión.
Kérenski se instalaría finalmente en Nueva York, aunque dedicaría mucho tiempo en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford,California, donde consultó y amplió su vasto archivo de historia rusa, y donde impartió clases. Escribió y emitió por radio en abundancia sobre política e historia rusa. Sus principales obras incluyen El preludio al bolchevismo (1919), La Catástrofe (1927), La crucifixión de la libertad (1934) y Rusia y el punto de inflexión de la historia (1966). Murió en Nueva York en 1970, siendo uno de los últimos protagonistas supervivientes de los sucesos de 1917.
La Iglesia Ortodoxa Rusa local en Nueva York rechazó cubrir el entierro de Kérenski, considerándole uno de los principales responsables de la caída de Rusia frente al comunismo. Una Iglesia Ortodoxa Serbia tampoco accedió. El cuerpo de Kérenski fue entonces trasladado a Londres donde sería enterrado en un cementerio aconfesional.


Consecuencias de la Revolución Rusa
Al terminarse la Revolución de octubre, se observaron varias consecuencias:
• Desaparecieron los Soviets
• Se formó el Partido comunista
• Surgió el socialismo, un nuevo sistema político, basado en lo propuesto por Marx con una nueva ideología económica, política y social que negaba la propiedad privada y proponía las mismas condiciones de vida pata todos.
• Surgió la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), formada por Rusia. Estonia, Letonia, Lituania y otros.
• El primer presidente fue Lenin
• Se impulsa la economía y la Industria, a través de los Planes quinquenales (a 5 años) y enseguida se notaron resultados en la industria eléctrica.




Organización policíal llamada la Checa
La Checá (en ruso ChekáЧК) fue la primera de las organizaciones de inteligencia política y militar soviética, creada el 20 de diciembre de 1917 por Feliks Dzerzhinski. La checa soviética sucedió a la antigua ojrana zarista (cuerpo de la policía secreta del régimen Zarista), de la que emuló su organización interna. Su cometido era «suprimir y liquidar», con amplísimos poderes y casi sin límite legal alguno, todo acto «contrarrevolucionario» o «desviacionista».
Por extensión, se denominaron checás a diversas policías políticas secretas que surgieron en otros países con posterioridad. En la España republicana, también recibieron el nombre de checas los locales que durante la guerra civil utilizaban organismos análogos (a menudo parapoliciales) para detener, interrogar y juzgar de forma sumarísima.

El nombre completo de la agencia era en Comisión Extraordinaria de Todas las Rusias para Combatir la Contrarrevolución y el Sabotaje, pero comúnmente se abreviaba a ЧК (Cheká) o ВЧК (Vecheká). Aunque la forma correcta de pronunciación es cheká, popularmente se ha conocido en su forma española sin acentuar la á, como cheka o (con grafía castellanizada) checa.
En 1918 se retocaría ligeramente a Comisión Extraordinaria de Todas las Rusias para Combatir la Contrarrevolución, la Especulación y el Abuso de Poder.
Un miembro de la Cheka era denominado chequista. Los chequistas de la posrevolución vestían chaquetas de cuero, y así se les representan en muchas películas. A pesar de los frecuentes cambios de nombre a lo largo del tiempo, los policías secretos soviéticos continuarían siendo llamados chekistas; incluso hoy se sigue empleando, por ejemplo, Vladímir Putin ha sido llamado así repetidas veces en los Medios de comunicación.
Tras los intentos iniciales de derrocar a los bolcheviques por parte de las potencias imperialistas (Reino UnidoFrancia y EE.UU.) durante laGuerra Civil Rusa, y tras el asesinato del director de la Cheká de Petrogrado Moiséi Uritski el 30 de agosto de 1918, el mismo día que Fanni Kaplán intentara asesinar a Lenin, el gobierno soviético y la Cheká se convencieron de que existía una vasta conspiración de enemigos extranjeros y contrarrevolucionarios rusos.
Así pues, invirtieron recursos en el servicio de inteligencia para combatir estas presuntas conspiraciones. La Cheká tendría rápido éxito en destruir cualquier resto de actividad contrarrevolucionaria. Adicionalmente, la Cheká desempeñó un papel importante en erradicar las bandas criminales apolíticas. Durante la Guerra Civil, la Cheká formó sus propias unidades militares, vestidas de negro, que actuaban como tropas de choque.
Al final de la guerra civil rusa, la Cheká fue reestructurada y renombrada el 6 de febrero de 1922 como «Administración Política del Estado», o GPU una sección de la NKVD de la naciente URSS.
Funciones
Las funciones de la Checá las definió el propio Shukov ante las autoridades soviéticas:
§  Suprimir y liquidar todo intento y acto «contrarrevolucionario de sabotaje», vengan de donde vengan, en todo el territorio de Rusia.
§  Llevar a todos los «saboteadores contrarrevolucionarios» ante un Tribunal revolucionario.
Estos tribunales acababan de ser instituidos según el Decreto Número 1 de Tribunales que abolía todas las leyes anteriores que estaban «en contradicción con los decretos del gobierno obrero y campesino» y abría la posibilidad de reprimir a cualquier sector de la población que fuese identificado como «enemigo del pueblo», miembros de los partidos «burgueses» (que incluía a liberales y socialistas) y funcionarios sospechosos de «sabotaje», así como aquellos a los que «pertenecían a una clase hostil».
En la misma sesión, Dzerhinski también describió las medidas represivas encargadas a la Comisión: «confiscación de bienes, expulsión del domicilio, privación de las cartillas de racionamiento, publicación de listas de enemigos del pueblo, entre otras funciones minoritarias.
La primera acción de la Checá fue aplastar una huelga de funcionarios en Petrogrado y la primera gran redada, realizada en la noche de 11 al 12 de abril de 1918, tuvo como objetivo a un grupo anarquista y se ejecutó con una inusitada dureza: con más de mil policías chekistas se efectuó el asalto de unas veinte casas de anarquistas en Moscú, con 520 detenidos, de los cuales 25 fueron asesinados como «bandidos», un término que se generalizó a partir de entonces para aplicarlo a cualquier persona susceptible de oponerse al régimen soviético.
Pese a que la pena de muerte había sido abolida en la Revolución de febrero de 1917, fue temporalmente reinstaurada tras la primera conferencia panrusa de chekas (8 al 11 de junio de 1918) y comenzó a ser aplicada por la Cheká de forma inmediata y generalizada. El crecimiento de la policía chekista fue exponencial y sembró el terror en lugares como Ucrania, El Kubán, la región del río Don y Crimea: en junio de 1918 ya contaba con cuarenta y tres secciones que agrupaban a 12 000 efectivos, a finales de año ya eran 40 000 y a finales de 1920 superaban los 280 000. Sus métodos de represión no se limitaron a detenciones y fusilamientos en masa (tan solo en Yaroslavl se fusilaron a 428 personas entre el 14 y el 18 de julio de 1918), sino que utilizaron profusamente la tortura y atrocidades tales como arrojar prisioneros a altos hornos o al mar, e incluso castraciones y decapitaciones.


El régimen de Stalin
Iosif o Jossif Vissariónovich Dzhugashvili, Dictador soviético (Gori, Georgia, 1879 - Moscú, 1953). Era hijo de un zapatero pobre y alcohólico de la región caucásica de Georgia, sometida a la Rusia de los zares. Quedó huérfano muy temprano y estudió en un seminario eclesiástico, de donde fue expulsado por sus ideas revolucionarias (1899). Entonces se unió a la lucha clandestina de los socialistas rusos contra el régimen zarista. Cuando en 1903 se escindió el Partido Socialdemócrata, siguió a la facción bolchevique que encabezaba por Lenin.
Fue un militante activo y perseguido hasta el triunfo de la Revolución bolchevique de 1917, época de la que procede su sobrenombre de Stalin («hombre de acero»). La lealtad a Lenin y la falta de ideas propias le permitieron ascender en la burocracia del partido (rebautizado como Partido Comunista), hasta llegar a secretario general en 1922.
Stalin comprendió entonces una pugna con Trotski por la sucesión de Lenin que, ya muy enfermo, moriría en 1924. Aunque el líder de la Revolución había indicado su preferencia por Trotski (pues consideraba a Stalin «demasiado cruel»), Stalin maniobró aprovechando su control sobre la información y sobre el aparato del Partido, aliándose con Zinoviev y Kamenev hasta imponerse a Trotski. La lucha por el poder se disfrazó de argumentos ideológicos, defendiendo cada bando una estrategia para consolidar el régimen comunista: la construcción del socialismo en un solo país (Stalin) contra la revolución permanente a escala mundial (Trotski).
Para Stalin lo esencial era la ambición de poder, pues una vez que eliminó a Trotski (al que mandó al exilio en 1929 y luego hizo asesinar en 1940), se desembarazó también del ala «izquierda» del partido (Zinoviev y Kamenev, ejecutados en 1936) y del ala «derecha» (Bujarin y Rikov, ejecutados en 1938) e instauró una sangrienta dictadura personal, apropiándose de las ideas políticas que habían sostenido sus rivales.
Stalin gobernó la Unión Soviética de forma tiránica desde los años treinta hasta su muerte, implantando el régimen más totalitario que haya existido jamás; pero también hay que atribuirle a él la realización del proyecto socioeconómico comunista en Rusia, la extensión de su modelo a otros países vecinos y la conversión de la URSS en una gran potencia.
Radicalizando las tendencias autoritarias presentes entre los bolcheviques desde la Revolución, acabó de eliminar del proyecto marxista-leninista todo rastro de ideas democráticas o emancipadoras: anuló todas las libertades, negó el más mínimo pluralismo y aterrorizó a la población instaurando un régimen policial. Dispuesto a eliminar no sólo a los discrepantes o sospechosos, sino a todo aquel que pudiera poseer algún prestigio o influencia propia, lanzó sucesivas purgas contra sus compañeros comunistas, que diezmaron el partido, eliminando a la plana mayor de la Revolución.
Con la misma violencia impuso la colectivización forzosa de la agricultura, hizo exterminar o trasladar a pueblos enteros como castigo o para solucionar problemas de minorías nacionales, y sometió todo el sistema productivo a la estricta disciplina de una planificación central obligatoria. Con inmensas pérdidas humanas consiguió, sin embargo, un crecimiento económico espectacular, mediante losplanes quinquenales: en ellos se daba prioridad a una industrialización acelerada, basada en el desarrollo de los sectores energéticos y la industria pesada, a costa de sacrificar el bienestar de la población (sometida a durísimas condiciones de trabajo y a grandes privaciones en materia de consumo).
La represión impedía que se expresara el malestar de la población, apenas compensada con la mejora de los servicios estatales de transporte, sanidad y educación. A este precio consiguió Stalin convertir a la Unión Soviética en una gran potencia, capaz de ganar la Segunda Guerra Mundial (1939-45) y de compartir la hegemonía con los Estados Unidos en el orden bipolar posterior.



Estajanovismo
El estajanovismo (en ruso, стахановец; transliterado, stajanovets) fue un movimiento obrero socialista que nació en la antigua Unión Soviética por el minero Alekséi Stajánov, y que propugnaba el aumento de la productividad laboral, basado en la propia iniciativa de los trabajadores.1 El estajanovismo supuso el fin del koljós en la industria, del cual fue relegada al campo agrícola.
El movimiento estajanovista comenzó en 1935 anunciado como una nueva etapa en la idea de la competencia socialista. El 31 de agosto de 1935, Stajanov era minero en un pozo decarbón en Donetsk y logró en ese día recolectar 102 toneladas de carbón, superando por 14 veces los estándares de recolección.2 Sin embargo, su récord fue superado poco después por sus propios seguidores. El 1 de febrero de 1936, se informó de que Nikita Izotov había extraído 607 toneladas de carbón en un solo turno. Debido a estos hechos, se inició un movimiento obrero para la elevación del rendimiento de producción de trabajo, y se comenzó a aplicar en todas las ramas de la industria dentro de la Unión Soviética.2
El éxito de este movimiento fue tal, que se realizó la primera conferencia estajanovista en el Kremlin, en noviembre de 1935; elogiada por Stalin. En diciembre de 1935, en una reunión del Partido Comunista, el Comité Central declaró que "el movimiento estajanovista significa organizar el trabajo en una nueva moda, en la racionalización de los procesos tecnológicos, en una correcta organización del trabajo, la liberación de los trabajadores cualificados de trabajos secundarios, la mejora de lugar de trabajo, proporcionando un rápido crecimiento de la productividad laboral y la obtención de aumento significativo de los salarios de los trabajadores".
De conformidad con las decisiones del Partido, los soviéticos organizaron una amplia red de capacitación industrial y crearon cursos especiales para los capataces de mano de obra socialista. En 1936, una serie de actividades industriales y conferencias técnicas revisaron las proyecciones de la capacidad de producción de las diferentes industrias y el aumento de sus productos. El estajanovismo también presentó competiciones en las fábricas y las plantas, desglosada en períodos de cinco días (пятидневка, o pyatidnevka), diez días (декада, o dekada) y 30 días (месячники, o mesyachniki). Las fábricas de gestiones que crearon las brigadas estajanovistas lograron alcanzar una producción conjunta mucho más estable.
Las autoridades soviéticas comunicaron que el movimiento estajanovista causó un aumento significativo en la productividad laboral. Se informó de que durante los primeros 5 años de plan industrial (1929-1932) la productividad laboral aumentó un 41%. En cambio, durante los segundos 5 años plan (1933-1937) el crecimiento fue de 82%.
Durante la Gran Guerra Patria, los estajanovistas utilizaron diferentes métodos para aumentar la productividad, tales como trabajar varias máquinas-herramientas a la vez y combinar profesiones. Remanentes de la prácticas estajanovistas perduraron hasta bastante tiempo después de la Guerra.
Stájanov y otros "trabajadores modelo" se promovieron en la prensa, la literatura y el cine, y otros trabajadores se instó a emular su ejemplo heroico.

URSS después de Stalin
Iósif Stalin murió el 5 de marzo de 1953. En ausencia de un sucesor aceptable, los funcionarios más altos de Partido comunista optaron por gobernar la Unión Soviética en comité, aunque en realidad se desarrolló una lucha por el poder detrás de la fachada de liderazgo colectivo. Nikita Jrushchov, que se había impuesto en esa lucha por el poder a principios de la década de los años 1950, denunció en 1956 los excesos de Stalin. Además de esa denuncia, procedió a relajar los controles de tipo represivo que hasta entonces se ejercían sobre el Partido y la sociedad. Todo esto es lo que se ha dado en llamar desestalinización.
La desestalinización comenzó técnicamente en 1953, pero no fue oficial hasta 1956, tras el informe secretode Nikita Jrushchov, entonces secretario del Comité Central de la Unión Soviética, y divulgado tras el XX congreso del PCUS. Esto, consistía en eliminar el Culto a la personalidad y el exceso de poder del periodo Estalinista (1924-1953)
El informe de Jrushchov
El informe de Jrushchov fue comunicado el 24 de febrero de 1956 a 1436 delegados del PCUS reunidos en claustro cerrado. Por ende, los miembros de los partidos comunistas extranjeros (inclusive los de Europa Oriental) fueron excluidos.
El informe sobre "El culto a la personalidad" que era inicialmente secreto, no fue relevado públicamente a la Unión Soviética hasta el final de los años 80. Sin embargo, pronto fue conocido en todo el mundo, porque habría, según Nikita Jrushchov, sido vendido a los servicios secretos extranjeros por los comunistas polacos hostiles a la Unión Soviética.
Fueron denunciadas las deportaciones masivas, los arrestos arbitrarios "de honestos comunistas y jefes militares tratados como enemigos de la revolución", la incapacidad del dictador en los preparativos de guerra, y su carácter exageradamente suspicaz, descargado contra los partidos comunistas extranjeros y contra sus propios compatriotas. Por el contrario, la biografía oficial de Stalin lo presentaba como un "grandioso estratega" y como un "gran sabio" severa e injustamente criticado, dotándolo de cualidades intelectuales "dignas de un genio de toda la humanidad".
El informe abría un proceso de crítica en contra del viejo dictador pero no del sistema que él había creado. Por lo tanto, la elección del año 1934 como inicio de la "degradación" del carácter de Stalin es significativa pues Jrushchov prefirió no citar en el informe ni la mayor parte de la política económica (la planificación y la colectivización) ni la represión de Stalin contra los antiguos camaradas de Lenin. De hecho, la crítica se basa principalmente en la denuncia del culto a la personalidad por motivos doctrinarios y trata de borrar la parte de los excesos del estalinismo.
"El culto a la personalidad es un exceso superficial sobre un órgano perfectamente sano". "la glorificación de una persona, su elevación al rango de superhombre con cualidades sobrenaturales comparables a los de un dios" debería ser prohibida porque "es una idea contraria a los principios del marxismo-leninismo." Escribió en 1956 el diario Pravda

Las Consecuencias
Los prisioneros políticos encerrados durante el régimen de Stalin fueron progresivamente liberados, así que en 1957 no había más que un 2% de prisioneros políticos aunque la mayor parte de las víctimas de la Gran Purga y de la colectivización forzosa ya estaban muertas en esa fecha. Pero este "miedo" es en cierto modo discreción y el partido trata de circunscribir la desestalinización a la denuncia del culto a la personalidad y la represión política en base a argumentos tan subjetivos como los que predominaban en el aparato policial estalinista.
No se cuestiona en verdad el derecho del Estado soviético a reprimir violentamente a los disidentes, pero se reconoce que la represión de Stalin tenía motivos en la extrema suspicacia de éste y que se dirigía contra individuos que en realidad no habían infringido gravemente norma alguna (como la detención contra los familiares de Nikolái Bujarin y otras víctimas de la Gran Purga). Los intelectuales, por tanto, se atreven a escribir biografías de las víctimas de Stalin, Aleksandr Solzhenitsyn podrá publicar Un día en la vida de Iván Denísovich mientras que Grigori Chujrái produce El cielo puro, denunciando la represión del Gulag. El cuerpo del ex dirigente se retira del mausoleo de Lenin en la Plaza Roja.
El informe es, sin embargo, un choque, especialmente para los partidos adjuntos del Bloque del Este debido a que elimina el principio de la infalibilidad del Comité Central. Los húngaros piden la destitución del estalinista Rákosi mientras checos, polacos, y yugoslavos exprimen su cólera contra sus dirigentes nativos que aún defienden la línea estalinista. Por otra parte los dirigentes extranjeros que son aún tenaces seguidores de Stalin, como los chinos y los albaneses, tienen un fuerte descontento con este cuestionamiento público. La desestalinización será un elemento que en 1960 causará la ruptura política entre la URSS y la República Popular China (donde Mao acusa a Jruschov de "traición al comunismo")
La desestalinización es un poderoso motivador de la Revolución Húngara de 1956, así como de la crisis polaca del mismo año. No obstante, en Polonia se llega a un acuerdo donde Wladislaw Gomulka, seguidor de Jruschov, consigue desplazar del mando a la antigua dirigencia estalinista. En Hungría no le logra esta sustitución pacífica y estalla la revuelta popular masiva, que a su vez muestra un proyecto de transformación política más radical de lo permitido por la URSS. Esto marca también los límites de la desestalinización  Jruschov ordena al Ejército Rojo invadir Hungría y reprimir violentamente a los sublevados.
Una esperanza perdida
Desde 1960 la URSS se esfuerza en impedir que, como consecuencia de la desestalinización, el resultante deshielo de Jrushchov justifique la disidencia política o el cuestionamiento al PCUS, en virtud a esta política el escritor Boris Pasternak es obligado a rechazar el Premio Nobel de Literatura en 1960.
Los dirigentes soviéticos ven con mayor temor que la desestalinización y el consiguiente deshielo puedan generar un cuestionamiento masivo contra el sistema comunista o contra el monopolio del poder por el PCUS. El desempeño de Jrushchov en la Crisis de los Misiles de1962 decepciona a otros líderes soviéticos que prefieren un estilo de enfrentamiento más duro con los Estados Unidos.
En 1964 Jruschov se vio obligado a dimitir por presión del Comité Central del PCUS y la desestalinización se suspende repentinamente con el ascenso al poder de Leonid Brézhnev. Con el estancamiento brezhneviano el autoritarismo de Stalin vuelve a ser elogiado en público aunque ya no es aprobado el culto a la personalidad.
Después de algunas reformas económicas experimentales en la década de los 60, los líderes soviéticos se ciñeron nuevamente a los medios convencionalmente establecidos de gestión económica. Durante los años 60, la industria progresó de forma lenta pero estable, pero la agricultura soviética continuó retrasándose y siendo deficitaria, como siempre; en resumidas cuentas, la URSS acabó por no ser capaz de producir grano suficiente para alimentar a su creciente población, con lo cual los soviéticos se vieron obligados a importar ese artículo. En este período, los ciudadanos soviéticos acusaron una importante pérdida de poder adquisitivo.
En el ámbito deportivo, la Unión Soviética organizó los Juegos Olímpicos de 1980, con sede en Moscú. Hubo un intento de boicot del evento por parte de Estados Unidos: en el marco de la Guerra Fría y en protesta por la invasión soviética de Afganistán, los estadounidenses decidieron no asistir a los Juegos Olímpicos, tratando al mismo tiempo de persuadir a sus aliados para que tampoco asistieran. En total, 65 países se abstuvieron de participar, principalmente debido a la iniciativa estadounidense.

La Perestroika
Perestroika no es un tratado científico ni un panfleto propagandístico, aunque las opiniones, conclusiones y enfoques analíticos que el lector hallará en el libro se basan, desde luego, en premisas teóricas y valores bien definidos. Más bien consiste en una colección de pensamientos y reflexiones acerca de la perestroika, de los problemas que tenemos planteados, de la envergadura de los cambios necesarios y de la complejidad, responsabilidad y singularidad de nuestra época (...) Gran parte de él se ocupa del nuevo pensamiento político y de la filosofía de nuestra política exterior.
 Mijaíl Gorbachov
La Perestroika y la Nueva Mentalidad
1988
La Unión Soviética nació en 1917. Esta fue una nación poderosa la cual llegó a un alto nivel de industrialización y llegó a ser una de las potencias mundiales más poderosas del mundo, por no decir la más poderosa. La URSS aportó mucho en campos de la medicina, investigación espacial y nuclear, y muchos otros. Jamás se pensó que una nación tan poderosa se derrumbara de la manera en que lo hizo, más que todo por una reforma hecha por su presidente.
La perestroika es una palabra en ruso que significa “reestructuración. Este es un término utilizado por el presidente Soviético Milhail Gorbachev para describir su programa de reformas el cual se implementó entre los años 1985 y 1991. Es considerada también como un movimiento reformador que sentó las bases de la demolición de la herencia Stalinsta. El objetivo de la Perestroika era rejuvencer el sistema soviético, pero en vez de hacerlo, las reformas causaron la caída del sistema y la disolución de la URSS. La perestroika afectó en los ámbitos económico, social y político.
Ámbito Económico:
En este ámbito solamente a través de un auténtico espíritu de innovación del mecanismo económico era que se podía desentrañar el potencial del socialismo, reforzando la productividad del factor humano. Esto era necesario hacerlo porque los soviéticos tuvieron una idea rígida de la planificación. Crearon los planes quinquenales (planos socioeconómicos de control de la producción, circulación, consumo y distribución por espacio de 5 años). El primero se instauró en 1928, para reglamentar la producción con el afán de contrapesar la crisis de acumulación del sistema a fin de evitar el enriquecimiento de unos y el empobrecimiento de otros. Esto en teoría sonó muy bien, pero en realidad la cosa fue radicalmente distinta. En el período 1928-1985. La Ley del valor siguió operando igual que en el capitalismo y la explotación no desapareció del todo. Una mayor acumulación de capital en manos del estado no garantizó tampoco que la lucha de clases despareciera.
La que se trataba con la Perestroika es que el ser humano en el socialismo fuera dueño de la producción en los hechos y no de palabra. Sin esto no hay y no padía haber interés del trabajador y de los colectivos por los resultados de su trabajo.
Se trataba de democratizar la economía desde la empresa, desde abajo, basándose en el mecanismo económico para convertirse en una poderosa palanca, en una correa transmisora que impulsara el trabajo bueno, emprendedor y con iniciativa. Se partió de las necesidades sociales reales, la propia empresa tuvo que determinar el plan de fabricación y realización de la producción.
 Las empresas tuvieron que ser colocadas en tales condiciones que desarrollarán entre la emulación económica por una mejor satisfacción de la demanda de los consumidores, mientras que los ingresos de los trabajadores tenderían a estar vinculados con los resultados finales y con la ganancia. Con ello se evitaría a la larga, suplantar las decisiones desde un escritorio sobre qué, cómo y cuánto producir y distribuir.
Ámbito Social:
Se buscó elevar el nivel de vida de la población, eliminar la tensión del problema de la vivienda, producir más alimentos, elevar la calidad de las mercancías, desarrollar la esfera de los servicios y la salud pública. No se podía seguir sacrificando al pueblo soviético en una demencial carrera armamentista, gastando millones de rublos en la inversión militar.
Los fenómenos del estancamiento en la sociedad también afectaron a los soviéticos en el ámbito de la educación: aquí se incurrió en la autocomplacencia con lo alcanzado. La orientación fundamental de la reforma radical de la enseñanza media y superior, fue preparar a la juventud para el trabajo, tomando en consideración las exigencias del progreso científico.
En materia sindical los sindicatos se acuerparon bajo una reforma legal, que les daría potestad para ser partícipes del delineamiento de la seguridad social, el servicio de sanitarios y balnearios para los trabajadores, el turismo, la cultura, física, el deporte, el descanso de los niños y la atención de su salud , todo quedaría en manos de los sindicatos. Por ésta razón la administración política no podía seguir manteniendo esas prerrogativas, lo cual obstaculizaba al sindicato para ejercer con eficacia ses derechos.


Ámbito Político:
En el pasado el socialismo aunque fantaseaba can la idea de ser una respuesta al capitalismo en expansión, degeneró en mera burocracia de partido, se transformó en capitalismo de estado después de 1924, ya que en realidad no pudo ir más allá de planterar una competencia por los modelos de desarrollo estatal del capital que en nada se diferenciaron de las políticas del estado benefactor capitalista de occidente, sobre la participación del sector público en el crecimiento del sistema y la superación de la crisis.
La perestroika entonces se diseñó para erradicar de una vez por todas las prácticas stalinistas en Rusia. Pero no para atajar el avance del proyecto socialista momentáneamente detenido entre 1924 y 1953. Gorbachov quiso resistemar la herencia de Lenin proponiédola en contra del stalinismo. Pero como se verá este resultó demasiado poderoso para ceder una maquinaria que costó un sacrifico enorme levantar.
Mientras tanto, Gorbachov con la mayoría del pleno tribunal supremo apoyándole, creó a la par de las múltiples reformas de la Perestroika en clima de libertad intelectual y libre exposición de las ideas conocidas como transparencia formativa e informativa, cuyo nombre fue la Glasnost.
Siguiendo con la reestructuración política intentada por los soviéticos, éstos permitieron la erradicación del monopolio político ejercido por el PCUS en la vida estatal soviética. Esto implicó la irrupción de nuevas fuerzas sociales al escenario de la vida cultural del la sociedad. Se reconocieron los derechos de la vida civil de grupos como los cosacos y se permitió la participación activa de grupos pro-democracia liberal, grupos religiosos que durante décadas habían permanecido en la clandestinidad. En política extranjera permitió el movimiento del sistema satélite soviético en Europa Oriental y terminó con la guerra fría con el oeste.
En agosto de 1991, un fracasado golpe de estado por sectores opuestos a las reformas de Gorbachov provenientes del PCUS, puso en evidencia que se habían desbordado las metas políticas de la Perestroika. Este hecho consumó finalmente la desintegración de la URSS. Gorbachov cedió el poder en favor de quien había sido electo presidente de la Federación Rusa: un excomunista llamado Boris Yeltsin, cuando ya el proceso de desarticulación de la URSS era imparable. El partido comunista fue abolido mientras que las Repúblicas Balticas, Ucrania, Georgia y otras se declararon independientes. Desapareció la URSS y en su lugar apareció una frágil unión denominada CEI (comunidad de Estados Independientes) en la que no se integraron las Repúblicas Bálticas.

Características de la Perestroika

Cuando en 1985 el reformista Mijaíl Gorbachov se convirtió en el máximo dirigente soviético, esta política ya estaba diseñada, pero fue en el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) de abril de 1985, cuando decidió ponerla en práctica de inmediato para sacar al país de la grave crisis económica e impulsar el desarrollo, pues estaba sumido en la corrupción y el atraso.
En una sección plenaria de junio de 1987 del Comité Central del PCUS, Gorbachov presentó las bases políticas de la reforma económica que sería conocida como perestroika y que intentaba mantener la existencia de la URSS.
Su objetivo era convertir el sistema de gestión centralizada en un sistema más descentralizado y adaptado al mercado moderno, para lo cual se permitió una cierta autonomía local, y desarrollar un programa especial para modernizar la industria de ingeniería y los modelos de gestión económicos, que habían sido descuidados. También se pretendía luchar contra la corrupción, con la reducción del alcoholismo y el absentismo laboral; de hecho en la primera fase de la perestroika se tomaron abundantes medidas morales para reducir el alcoholismo, logrando que en 1986 el consumo se redujera en un 36%.
La perestroika impulsó también la liberalización económica, permitiendo a las empresas tomar decisiones sin consultar a las autoridades y fomentando la empresa privada y las sociedades conjuntas con un número limitado de compañías extranjeras, impulsando así la inversión. Aganbegyan, el primer consejero económico de Gorbachov, afirmó que en un 40% de la industria se había producido una disminución de la producción y que, además, existía una degradación de la agricultura.
Por ello, propuso reformas para dar más autonomía a la empresa, mejorar el rendimiento del trabajador y la calidad de los productos. Las alternativas económicas de otros países socialistas se ignoraron y las medidas que se adoptaron no se discutieron previamente, permitiendo la entrada de capital extranjero y acercándose cada vez más al capitalismo.
Así, poco a poco se fueron introduciendo actividades económicas privadas, mediante la paulatina introducción de contratos individuales en fábricas y haciendas colectivas. Se llevaron a cabo medidas, como la venta de un gran número de empresas estatales, reformas de la moneda y un nuevo sistema bancario. Todo esto permitió que a principios de 1990, la URSS hubiese alcanzado ya el nivel de desarrollo económico mundial.

Consecuencias políticas

En política exterior, Gorbachov tendía a la negociación de la reducción de armamento y a la pacificación de las relaciones internacionales, retirando las tropas soviéticas en Afganistán y recibiendo en Moscú al presidente estadounidense Ronald Reagan.
Tras ser elegido presidente del Soviet Supremo, Gorbachov aceleró el programa de reformas políticas. Fue elegido jefe del Estado (1989) y primer presidente de la Unión Soviética por el congreso (1990). Se redujo el interés de la URSS por los países socialistas del Tercer Mundo, y se inició una predilección por los países occidentales y por la democracia a la que costó mucho adaptarse. Los derechos humanos se reconocieron en diciembre de 1988, acabando con los principios de Stalin y del marxismo estalinista que hasta entonces habían constituido la ideología del partido comunista.
La reforma, aplicada con mayor fuerza sobre todo a partir de 1987, alcanzaba todas las áreas del sistema soviético: la ciencia, la tecnología, la reorganización de la estructura económica y los cambios en la política de inversiones. Para ello se trató de hacer un mejor uso de los medios económicos de que se disponía. La reforma supuso el saneamiento de una burocracia ineficaz y con ello pretendía implicar más al conjunto de ciudadanos en la tarea de reconstruir su economía.
La perestroika iba complementada por la glásnost, una política de apertura hacia los medios de comunicación, con transparencia informativa, permitiendo la libertad de expresión y de opinión, al contrario que en la etapa anterior, caracterizada por la ejecución de los contrarios al sistema.
De esta manera, por primera vez, el gobierno soviético permitía una cierta autocrítica y reconocía sus defectos, lo que contribuyó a resolverlos con mayor rapidez. Esto fue generando una confrontación política encabezada por las críticas de Boris Yeltsin, que fue apartado en 1987 a pesar de que contaba con el apoyo popular.
En junio de 1988 se celebraron elecciones que a pesar de no ser democráticas no dieron al PCUS todos los puestos en el gobierno, sino que se formó una minoría de reformadores entre los que se encontraba Yeltsin. A finales de 1990 ya existía una verdadera división en el Congreso, con unos 18 grupos políticos, de los que el más importante era el comunista, seguido del conservador Soyuz.

El fin de la Perestroika

Hacia el final del mandato de Gorbachov, la perestroika empezó a recibir críticas tanto por los que pensaban que las reformas se aplicaban demasiado lento como por los comunistas que temían que éstas destruyeran el sistema socialista y llevaran a la decadencia del país.
El 18 de agosto de 1991 comenzó el intento de golpe de Estado llevado a cabo por los altos cargos del PCUS con el objetivo de boicotear un tratado que permitiría el autogobierno de las repúblicas de la URSS. El golpe fracasó debido a la pasividad de altos dirigentes militares y a la actitud del presidente de la Federación Rusa, Boris Yeltsin. Muchas repúblicas federadas de Europa del Este declararon entonces su independencia, lo que llevó a la disolución de la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas (la URSS) el 25 de diciembre de 1991, día en que Gorbachov renunció a su cargo. Yeltsin se convirtió en su sucesor, abandonando el comunismo y convirtiéndose en presidente de la recién fundada República Rusa
Desaparición de la URSS
El avance de los nacionalismos a nivel mundial, en las últimas décadas del siglo XX, sobre todo con la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, impactó en forma particularmente intensa en la Unión Soviética, formada por una unión de naciones, con tradiciones, costumbres e idiomas diferentes.
La diferencia entre los conceptos de estado y nación se ven con toda claridad en esta particular situación. Un estado es un conjunto de instituciones que ejercen el poder sobre un territorio delimitado, sobre el que ejerce soberanía imponiendo sus normas.
La nación no es un concepto jurídico-político sino sociológico, que consiste en sentir una unión con otras personas, independientemente del territorio en que se esté, con un sentido de pertenencia, de estar juntos en un mismo destino, compartiendo valores, creencias, idioma y tradiciones comunes, identificadas con el concepto de patria. La Unión Soviética era un estado, pero con muchas naciones en su interior, cada una de las cuáles reclamó su independencia.
Entre 1990 y 1991, ya habían logrado independizarse, Georgia, Estonia, Letonia y Lituania. La URSS, desapareció el 25 de diciembre de 1991. A partir de entonces, las once naciones restantes, que la conformaban: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Ucrania y Uzbekistán, formaron la Comunidad de Estados Independientes (CEI). En 1994, se sumó Georgia.
La República Federativa Socialista Soviética de Rusia declaró su independencia el 24 de agosto de 1991, como la Federación Rusa.
Con la desintegración de la Unión Soviética, surgió el problema del reparto del patrimonio público a manos privadas, que no se realizó en forma equitativa, ya que la mayoría de ellos quedaron en manos de los antiguos dirigentes de la Federación rusa.
En 1993, la situación social se desbordaba ante el descontento popular, que se lanzó a las calles en protesta, que fueron reprimidas por Yeltsin, quien se atribuyó amplios poderes.
Con su salud deteriorada, y habiendo enfrentado la guerra de Crimen, renunció a su cargo el 31 de diciembre de 1999, asumiendo como presidente interino, Vladimir Putin, siendo confirmado en el cargo por elección popular, el 26 de marzo de 2000, con una política de acercamiento a Europa, pero con una gran restricción a los derechos individuales, sobre todo a la libertad de opinión, aunque no es lo que predica en sus discursos. En 2004, fue reelegido para seguir desempeñando su mandato.
Personajes destacados en la Restauración de Rusia
Mijaíl Gorbachov
 Mijail Sergueievich Gorbachov; Privolnoje, Stavropol, 1931, Último dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Procedente de una familia campesina rusa de la región del norte del Cáucaso, estudió Derecho en la Universidad de Moscú (1950-55). Allí se casó con Raisha Maximovna Titorenko y se afilió al Partido Comunista. De regreso a su región de origen, realizó una rápida carrera política, ascendiendo a cargos de responsabilidad regional en las juventudes comunistas y en el partido. Completó su formación con estudios de Agronomía en los años sesenta, lo cual le permitió obtener su primer gran éxito político al afrontar la catastrófica sequía de 1968.
Fue entonces cuando saltó a la política nacional, resultando elegido miembro del Sóviet Supremo (1970), del Comité Central del Partido (1971; secretario de Agricultura en 1978) y del Politburó (1980). Esta rápida ascensión culminó con su elección como secretario general del Partido Comunista de la URSS tras la muerte de Chernenko (1985), por un estrecho margen de votos; obtenía así el máximo poder de la declinante potencia soviética, que se completaría con su nombramiento como presidente del Sóviet Supremo y jefe del Estado (1988).
La llegada de Gorbachov al poder suponía no sólo una renovación generacional, sino también una esperanza de renovación política: Gorbachov encarnaba la corriente reformista que proponía una apertura liberalizadora para sacar a la URSS del estancamiento económico, político y cultural en el que había quedado sumida desde la época de Brezhnev. Gorbachov no defraudó esas expectativas, pues desde 1990 puso en marcha un programa político extremadamente audaz que no sólo acabaría con la dictadura comunista en la URSS, sino con la propia existencia de aquel Estado, transformando así profundamente el escenario internacional.
Dicho programa, sin embargo, era obra de un comunista convencido, deseoso de reforzar y perfeccionar el régimen socialista mediante la trasparencia (glasnost) y la reestructuración (perestroika). La glasnost se produjo primero y con más facilidad: Gorbachov implantó una mayor trasparencia informativa, acabó con la represión hacia los disidentes, desmontó el Estado policial y la censura de prensa, restauró cierta libertad de expresión y reconoció públicamente los crímenes y los errores cometidos en el pasado por el partido y por el Estado soviético. Con todo ello se ganó el apoyo de los gobiernos y de la opinión pública occidental.

Boris Yeltsin
Boris Nicolaiévich Yeltsin o Eltsin, Político ruso que acabó con el régimen comunista de la Unión Soviética (Sverdlovsk, Rusia, 1931 - Moscú, 2007). Boris Yeltsin comenzó trabajando en la construcción en su región de origen, en los Urales. En 1961 se afilió al Partido Comunista de la Unión Soviética y siete años después se convirtió en funcionario del mismo.
En 1976 Yeltsin fue elegido secretario general del PCUS en la provincia de Sverdlovsk (la actual Yekaterinburgo). Gorbachov conoció por entonces su actitud reformista, de manera que, cuando accedió al poder como secretario general del partido en 1985, promovió a Yeltsin para dirigir la organización local de Moscú, con el encargo principal de luchar contra la corrupción (al año siguiente le introdujo también en el Politburó, órgano supremo de dirección del partido único y, por tanto, del Estado soviético).
La colaboración entre los dos líderes duró poco, pues Yeltsin comenzó a criticar en público el ritmo excesivamente lento que, en su opinión, llevaban las reformas liberalizadoras de Gorbachov. Éste acabó por apartarle de la jefatura moscovita del partido en 1987 (y del Politburó en 1988).
Para entonces Yeltsin había adquirido ya una gran popularidad como enemigo radical de la dictadura comunista y campeón de quienes consideraban insuficientes las reformas de Gorbachov. En consecuencia, tan pronto como esas mismas reformas permitieron la celebración de elecciones pluripartidistas, Yeltsin accedió por una amplia mayoría al Congreso de Comisarios del Pueblo o Parlamento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1989) y a la presidencia de la República Socialista Federativa Soviética Rusa, que era hegemónica en su seno (1990).
Fue entonces cuando rompió definitivamente con el Partido Comunista y proclamó un programa político de cambio radical, basado en la construcción de una economía de mercado y en la autonomía de las Repúblicas con respecto al poder central de la Unión.
En 1991 Boris Yeltsin organizó unas elecciones presidenciales directas en Rusia, que le otorgaron una cómoda victoria y vinieron a consolidar su posición política. Dos meses después estalló un golpe de Estado militar de inspiración conservadora (comunista) contra el gobierno reformista de Gorbachov; éste quedó retenido en una casa de recreo en la costa del mar Negro, mientras era Yeltsin quien hacía frente a los golpistas en Moscú, arengando a las masas y a los militares leales para que defendieran la democracia.
El golpe fracasó y Yeltsin quedó convertido en el líder más influyente del momento; aprovechó esa fuerza para tomar la iniciativa política apartando a Gorbachov, y en una reunión con los presidentes de las otras dos Repúblicas eslavas -Ucrania y Bielorrusia- acordaron desmantelar la URSS y continuar su andadura por separado como Estados soberanos, asociados en una vaga Comunidad de Estados Independientes (1991).
Gorbachov, teórico presidente de un país que ya no existía, acabó por dimitir en aquel mismo año, culminando así la ascensión política de Yeltsin: al desaparecer la URSS, la Federación Rusa heredó la mayor parte de su arsenal de guerra, su posición privilegiada en las Naciones Unidas y lo que quedaba de su papel de potencia mundial; y al frente de esa nueva Rusia independiente se encontraba un presidente que concentraba los más amplios poderes.
Como presidente de Rusia, Yeltsin desarrolló una política encaminada al refuerzo de su propia autoridad, imponiendo un sistema político de corte presidencialista. Su imitación del modelo norteamericano fue acompañada de un acercamiento a los Estados Unidos, de cuyo apoyo dependió en momentos delicados: como cuando, enfrentado a la oposición parlamentaria de comunistas y ultranacionalistas, ordenó al ejército bombardear el edificio del Parlamento y envió a la cárcel a los diputados contestatarios en 1994; o cuando la proliferación de sentimientos nacionalistas y procesos de autodeterminación que él mismo había auspiciado le obligaron a reprimir por la fuerza el intento de secesión de la República rusa de Chechenia (1994-95).
Sin embargo, el avance de la hegemonía estadounidense en el mundo le llevó a adoptar posiciones de resistencia para recuperar al electorado nacionalista (oponiéndose, por ejemplo, a la ampliación de la OTAN hacia los países de Europa Oriental que pertenecieron a la órbita de influencia de la antigua Unión Soviética). Sus mayores dificultades han venido de la liberalización económica: Yeltsin desmanteló apresuradamente el sistema de control estatal de los mercados y privatizó las empresas públicas, permitiendo la libre empresa en todo el país; estas medidas, que han convertido a Rusia en una economía de mercado, han ido acompañadas de una gran conmoción social, con la acentuación de las desigualdades, la miseria, la corrupción y la criminalidad, lo cual explica el descontento popular que hizo del Partido Comunista la fuerza más votada en las elecciones legislativas de 1995.
A pesar de estos problemas y de su talante autoritario, Yeltsin consiguió imponerse a una oposición dividida y volvió a ganar las elecciones presidenciales en 1996 (aunque por un corto margen frente al candidato comunista). Dada su mala salud, quedó abierta desde entonces la lucha por la sucesión entre sus colaboradores. Vladímir Putin, que había sido nombrado primer ministro por Yeltsin en agosto de 1999, ganó las elecciones legislativas celebradas en Rusia en diciembre de 1999. Yeltsin presentó su dimisión como presidente de Rusia durante el discurso de fin de año a la nación, y Putin, nombrado por el presidente dimisionario como su favorito para la sucesión en el Kremlin, asumió en funciones la jefatura del Estado y las Fuerzas Armadas.









Bibliografía
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Tutor Interactivo, Enciclopedia General para la Enseñanza, MMII Océano grupo Editorial S.A, Barcelona, España, impreso en España.
Los Secretos políticos de la URSS por Charles A. Ruud, Sergei A. Stepanov; Fontanka 16 –
Policía política y terrorismo de estado en Rusia (segunda mitad del siglo XIX, principios del XX). Colección de documentos recopilados por V.I. Kochanov, N.N. Parfyonova, M.V. Sidorova, Ye. I. Sherbakova. Madrid, España.